Según un antiguo cuento ruso, Iván "el tonto" se hallaba un día vagueando a orillas de un río:
- "Todo el mundo me dice que me busque un trabajo o que me vaya a la porra. No creo que ninguna de las dos cosas me ayude a hacerme rico", pensaba Iván.
- Nada más decir ésto, apareció el diablo en persona ante sí.
- "¿Quieres ganar dinero, Iván?", le preguntó el diablo.
- Iván asintió, porque no se atrevía a hacer nada más...
- "Muy bien", le dijo el diablo. "¿Ves ese puente?. Sólo tienes que cruzarlo. Cada vez que lo hagas, se duplicará el dinero que llevas en el bolsillo".
- Iván enfiló hacia el puente cuando el diablo lo detuvo.
- "Un momento", le dijo. "Ya que he sido tan generoso contigo, creo que me merezco una gratificación por mis esfuerzos. ¿Me darías ocho monedas cada vez que cruces el puente?".
- Iván "el tonto" de la misma, asintió. Cruzó el puente y metió la mano en el bolsillo. Su dinero se había duplicado por arte de magia. Le lanzó ocho monedas al diablo que aguardaba al otro lado del río, y cruzó de nuevo. Una vez más, se dobló su dinero. Le pagó otras ocho monedas al diablo y cruzó por tercera vez. Y el dinero se duplicó, también. Pero al contarlo, descubrió que no le quedaban más que ocho monedas en el bolsillo, que tuvo que dar al diablo con lo que se quedó sin dinero en el bolsillo para volver a doblar.
- El diablo desapareció riédose muy sonoramente...
¿Cuánto dinero tenía Iván al principio?, ¿y cuánto debía haber tenido como mínimo para no quedarse sin nada?.
