Hace unos días una amiga me recordaba cuánto odiaba de pequeña ciertos problemas de matemáticas del colegio – motivo por el cual terminó convirtiéndose en una persona «de letras», deduzco. Me ha encantado volver a aquellos entonces, y darles la vuelta...
Un montañero sale pronto de casa con idea de subir a la cima de una montaña en la que hace cumbre tras varias horas de caminata y alguna parada. Decide quedarse a descansar y a dormir en el refugio porque se había hecho tarde y salir a la mañana siguiente de regreso a casa por el mismo camino y a la misma hora a la que partió de víspera.
No importa que el montañero regrese a la misma velocidad que a la que fue, tampoco importa que su velocidad sea uniforme (constante), ni cuándo ni cuántas veces decida detenerse a descansar en el trayecto.
La cuestión importante es que nuestro montañero, en su camino de regreso, seguro que pasa por algún sitio a la misma hora (minuto y segundo) con un día de diferencia que en el viaje de ida, pero ¿por qué?